¡Jesús, qué calor!
Tengo sarampión.
Saco una manita,
saco la orejita,
saco la cabeza,
mi madre me tapa...
Señor, ¡Que pereza!
¡Que sed de sifón!
Tengo sarampión.
y son mis mejillas,
-dice la abuelita-
dos rojas llamitas.
Ha venido serio
el señor doctor
y me van a dar
agua de limón.
Celia Viñas.
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